PLANTAS..................SENSIBLES.


BPRRRRRRRRRRR.....................BPRRRRRRRRRRRRRRRR.......................BPRRRRRRRRRRRRRRRRR BPRRRRRRRRRRR.....................BPRRRRRRRRRRRRRRRR.......................BPRRRRRRRRRRRRRRRRR. Por la mañana, los jardineros amontonan las hojas en el parque. Un grupo de personas practican Chikung. Sombras verdes oscuras y pardas-granate los rodean, el color amarillo pálido brillante se filtra entre los tallos, y los grises violáceos separan los nubarrones. La lluvia diluye los iones y comunica a los humanos con las plantas. -¿Qué miras?, - dijo con gracia un aguacate-. -¡Nada!, ¿no ves que soy un árbol? Nosotros no tenemos cabeza, ni ojos...- apostilló un tamarindo -. -Pero sentimos,... -musitó un mango-. -¡Eso sí!, sobre todo el viento, que nos ayuda bastante a respirar, -suspiró un pino canario-. -¡Mejor por la noche!¿No?, -añadió la palmera real-. -¡Claro!, cuando dejan éstos de chuparnos el oxígeno ¡No te jode!, -se insinuó una penca que estaba entre sus raíces-. -En la oscuridad no hay tanto ajetreo y podemos trabajar tranquilas sin que nos atormenten, se unieron unas matas silvestres a la conversación-. -¡Átala a esa piedra!, vociferó un jardinero-. -¡Eso no es una piedra, es un monumento!, hay letras en el canto de abajo...-dijo uno con esfuerzo mientras sujetaba el tenique-. -¡Qué va!, aunque tenga un letrero, vete a saber lo que inauguró el alcalde ése...-siguió despotricando el jardinero-. -¿Son exhibicionistas?,-dijo un árbol con aspecto de candelabro-. -¡No!, son 'chikuneros', se oyó desde lo alto de las copas de las palmeras-. -¿Y éso qué significa?,- apuntaron los aloes-. -Éstos, son los que al moverse se conectan con nosotras por las raíces, se expresaron las cintas que rodeaban a los cactus-. -Parecen más normales que los otros, están más cercanos a nosotras, ¿verdad?,- dijeron con cadencia las acacias-. -¡A mi me llegan unas ondas con mucha energía, sus vibraciones parecen vegetales, respiran lentamente, como nosotras,- resoplaron las flores de Lavanda-. -¿Será verdad que somos parientes?, -ronroneó un berode-. -¡A ése no le hagas ni caso, que se lo inventa todo!,- tronó un laurel de Indias frondoso-. -¡No lo sé!, resonó un tulipero del Gabón,- pero éstos que colocan sus raíces despacito en el suelo y nos miran embelesados, me dan buen rollo-. -¿Y no son iguales a los jardineros?,- siguió el cardón dando el cante-. -¡No!, ésos nos talan, arrancan, y tiran a la basura, - intervino el pitanguero-. -Y, ¿Nos cuidan?, -emitieron un gritito las rosas del parterre de al lado-. -¡Qué va!,- largaron un sonido seco las palmeras desde la rambla central.-¡Van a lo suyo! -¿Y por qué trabajan aquí?,- se unieron las enredaderas-. -Porque son obreros y les da lo mismo una piedra que una planta,- carraspearon los cactus cansados de tanta charlatanería-. Todas enmudecieron y dormitaron bajo los potentes rayos del sol. -¿Cuándo caerá la tarde?, -se despertó un ave del paraiso anaranjada y violeta como una garza-. -Cuando los niños dejen de jugar y pegarse, y sus madres de gritar, y , sólo los pasos casi insonoros de algún caminante solitario nos devuelva la paz. -Bisbisearon las crujientes helechas-. -¡Eso, sí!, por la mañana querrán tener aire respirable y que los pájaros vuelvan a gorjear con sus trinos repetidos, -corearon los nenúfares desde el estanque-. -¡Menos mal que estamos en un parque! A mi primo, lo plantaron en una calle con muchísimo tráfico, y se ahoga con tantos humos, -lloriqueó un sauce-. -¡Pues cada vez somos menos!, y con tantas talas de bosques nos vamos a quedar sin parientes, y vendrán a por nosotras, - se unieron las mimosas a la queja sollozando-. -¡He oído contar que algunas plantas que no son venenosas, mientras son devoradas por los animales, elaboran una sustancia que es arrastrada por el viento a miles de kilómetros para avisar a sus congéneres del peligro. Éstas, se vuelven tóxicas, y al comérselas, los animales caen fulminados. -Aseguró una amapola silvestre-. -¡Bueno!, no me acuerdo muy bien si tienen que probarnos o solamente olernos,- se quedó pensativa la adormidera después de la perorata que había soltado-. -Estoy seguro de que si nos ponemos a trabajar rápido, podremos soltar gases tóxicos,- sonrió alegremente un tuno-. -¡Creo que te refieres a la función clorofílica!, -sentenció un ficus con aspecto majestuoso-. -Esa es nuestra misión, pero me temo que es irreversible, - terminó de explicarse con sabiduría-. -¡Sí, sí, éso es!,- recalcó la penca- Yo también tengo mucha clorofila, y... -¡Estás muy verde!,- se carcajearon los vegetales-. -¡Pero si no somos venenosas!, ¿Cómo vamos a convertirnos de la noche a la mañana en plantas dañinas?- tuvo que intervenir un pino adulto y sabio-. -¿Qué tal si les pedimos la receta y esta noche hacemos un experimento?,- vociferaron todas las plantas al unísono-. -Se trata de elaborar más anhídrido carbónico de lo habitual, y el plan será perfecto, no tenemos que volvernos totalmente venenosas. - se alegró un laurel que estaba harto de tener pulgones-. -¡Buena idea chicas!, - se unieron los laureles de la rambla-. -¡Pero cuando vengan mañana los 'chikuneros' podrían envenenarse, - les recordó un hibisco-. Las buganvillas apagaron el reflejo de sus flores de papel vegetal y se quedaron en penumbra. Todas se concentraron para hacer una meditación: ¿Cómo podrían producir gases tóxicos e invertir la función clorofílica para liquidar a la población? Una chispa de luz les iluminó en lo más profundo de sus semillas: ¡ Harían la respiración invertida y así acelerarían el proceso! Los troncos leñosos crujieron al inclinarse soltando resina, los juncos se doblaron por la carcoma, las ramas soltaron las hojas que cayeron apiladas, los pinos se erizaron como electrocutados, las palmeras lanzaron sus ramas a ras del suelo, las pitangueras dejaron caer sus frutos como crótalos. Los aloes, pencas, berodes y cintas supuraron un hedor más que fétido. Las flores del Gabón, Lavandas, jacintos, jazmines, amapolas, mimosas, sauces, además de las acacias - expertas en producción rápida -, maceraron sus fragancias hasta combinarlas con la pestilencia de sus vecinas... Esa noche fue muy larga y profunda.

Comentarios

  1. La próxima vez me lo pensaré antes de ir a pasear al Garcia Sanabria.
    Aunque siempre nos quedará la dama de las camelias.

    Kisses

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